El Ejército del Aire ya lo es del Espacio (EA); un hito histórico que no debería ser una sorpresa. El cambio de denominación a Ejército del Aire y del Espacio, aprobado por Real Decreto el 27 de junio, reconoce que el continuo aire-espacio conforma el nuevo ámbito aeroespacial, así como las tareas que en él lleva décadas realizando el hasta ahora Ejército del Aire, y refuerza la importancia del espacio ultraterrestre para la seguridad y defensa, destacando el papel esencial que deben jugar las Fuerzas Armadas en la protección y el control del espacio y desde el espacio.
Efectivamente, nuestra vida cotidiana no sería concebible sin los servicios básicos procedentes de las capacidades espaciales, que confieren a satélites e infraestructuras espaciales un carácter estratégico para el interés nacional. Garantizar el uso libre del espacio es esencial para la vida de los ciudadanos, ya que muchos servicios que usan cada día como la observación de la tierra, el posicionamiento, el sincronismo de tiempos, la predicción meteorológica, el acceso a información oceanográfica, la obtención de información para el apoyo en catástrofes naturales y las comunicaciones vía satélite, entre otros, provienen del espacio.
De la misma manera, desde la perspectiva militar, el uso de las capacidades espaciales es crucial, pues proporciona capacidades y servicios únicos, multiplicadores de la fuerza, y que son críticos para el conocimiento de la situación, la conducción de las operaciones o la alerta temprana ante el lanzamiento de misiles de largo alcance.
En España, la experiencia del EA en el ámbito espacial se remonta décadas atrás con la observación terrestre desde el espacio en el Centro de Sistemas Aeroespaciales de Observación, y con las comunicaciones vía satélite de la Escuadrilla de Transmisiones nº 5, unidades ubicadas en la Base Aérea de Torrejón, donde también se encuentra el Centro de Satélites de la Unión Europea desde hace 20 años.
Estas capacidades espaciales del EA se impulsaron en 2019 con la creación del Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial (COVE), cuya misión principal es la vigilancia y conocimiento de la situación espacial de interés, y que emplea como sensor principal el radar español de vigilancia y seguimiento espacial situado en la Base Aérea de Morón (Sevilla).
Por todo ello, se puede afirmar que el reciente cambio de denominación a Ejército del Aire y del Espacio no supone ninguna revolución sino un paso adelante que refrenda, no sólo el papel de las Fuerzas Armadas en el uso de las capacidades espaciales por parte del instrumento militar para la seguridad y defensa del y desde el espacio, sino también el liderazgo del EA en el mando y control, y en la coordinación de las capacidades y necesidades espaciales conjuntas.
Este liderazgo está alineado con el de otros países de nuestro entorno como EEUU, Francia y Alemania, y responde al impulso de la Unión Europea y la OTAN para garantizar la libertad de acción en el espacio y fomentar el desarrollo de tecnologías espaciales de vanguardia en occidente. Además, esta adaptación facilitará la coordinación con organizaciones militares similares de países amigos y, no menos importante, servirá para asegurar sinergias con otros interlocutores de la administración pública responsables de los asuntos del espacio, potenciando coordinadamente la industria aeroespacial nacional.
El reconocimiento del Estado a la importancia del sector espacial se ve también refrendado por la decisión de crear la Agencia Española del Espacio, que tendrá la responsabilidad de garantizar el desarrollo y la ejecución de una política espacial nacional, y en la que nuestras Fuerzas Armadas tendrán un papel de relevancia en el ámbito de seguridad y defensa. Esta nueva Agencia, sin duda necesaria, servirá también para encauzar y armonizar las actividades nacionales en el espacio ultraterrestre con la de nuestros socios y aliados y con la Agencia Europea del Espacio, entre otras.
Se abre una etapa apasionante, llena de importantes desafíos pero también de oportunidades. Una etapa en la que, entre todos, debemos ser capaces de proporcionar seguridad y defensa a los intereses de los españoles en el espacio. Para ello, el Ejército del Aire y del Espacio ya se empeña con ilusión y profesionalidad, como siempre lo ha hecho, en cumplir su misión con los medios y recursos que se le asignen.
Fuente: Ejercito del Aire