El ministerio quiere sacar el máximo partido a las nuevas inversiones e impulsar el desarrollo de la industria nacional con esta nueva hoja de ruta.
La Estrategia Industrial de Defensa (EID) 2023 ya es una realidad. La nueva hoja de ruta del Ministerio de Defensa para impulsar el desarrollo de la industria en los próximos años en un contexto de incremento presupuestario ha entrado en vigor este miércoles, a falta de poco más de un mes y medio para las elecciones generales del próximo 23 de julio.
El Boletín Oficial de Defensa (BOD) publica una resolución con la firma de la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, por la que se aprueban las directrices generales de la EID. El departamento, como hemos analizado en Infodefensa.com, busca con esta estrategia sacar el máximo partido al nuevo ciclo inversor.
Para ello, el ministerio apuesta por la producción en España, por la industria española, de los equipos y sistemas que necesitan las Fuerzas Armadas, siempre que sea posible.
«La finalidad de la EID 2023 se basa en maximizar el rendimiento de la inversión en defensa, potenciar el tejido industrial y tecnológico y promover la generación de empleo y el fomento de la cohesión territorial», explica a modo de resumen el Ministerio de Defensa.
Los ejes sobre los que gira la estrategia son tres: aumentar el nivel de autonomía estratégica en materia de industria de defensa que permita reducir la dependencia de terceros; contribuir a la Europa de la Defensa; consolidar una Base Industrial y Tecnológica de Defensa (BITD).
Nuevo modelo de industria
Con esta estrategia, Defensa también quiere reconfigurar el sector. Defensa en este punto es muy clara: «La EID 2023 establece un modelo de industria nacional de defensa y un marco para la priorización de la competitividad y la innovación en el sector industrial asociado a la Defensa Nacional».
El plan transmite interesantes mensajes que merece la pena repasar. En primer lugar, hace hincapié en que «el desarrollo de capacidades industriales propias no puede planificarse al margen de las capacidades militares». Una idea en la que insiste: «El Ministerio de Defensa siempre ha buscado el equilibrio entre la obtención de capacidades operativas y el fomento de capacidades industriales nacionales».
El ministerio además resalta que el escenario internacional obliga a rediseñar la estrategia industrial, sin mencionar directamente a la guerra en Ucrania. «El panorama internacional actual está marcado por una serie de cambios geopolíticos que han promovido un incremento gradual de la inversión en defensa, en el presupuesto de 2023 el incremento ha sido de un 26% abriendo así un nuevo ciclo inversor con el objetivo de alcanzar el 2% del PIB en 2029, cumpliendo así con el compromiso adquirido con la OTAN», apunta al EID.
Europa, colaboración y tecnologías duales
Para alcanzar los objetivos asociados al nuevo ciclo inversor, la Estrategia Industria de Defensa se estructura en diez puntos: capacidades industriales estratégicas de defensa; programas de obtención de armamento y material, programas transversales de desarrollo de capacidades; consorcios y alianzas estratégicas;
cohesión y distribución territorial; nuevas tecnologías y el reto digital; atracción de talento y cultura de defensa; coordinación interministerial; cooperación internacional y apoyo exterior y gestión del conocimiento industrial y del diálogo con el sector.
Por último, la nueva hoja de ruta también plantea desafíos. «El sector de la defensa depende cada vez más de la innovación en el sector civil, por lo que la investigación en materias de doble uso proporciona grandes oportunidades y plantea enormes desafíos», comenta.
Y añade, además: «El sector se enfrenta a otros retos, como la necesidad de salvaguardar las cadenas de suministro de defensa, incluyendo el aseguramiento de las materias primas y el equilibrio y conservación de los recursos más críticos, o la escasez de disponibilidad del capital humano, haciendo necesaria la atracción y retención del talento, así como la estabilidad del empleo».