En noviembre, la inflación aumentó una décima su tasa de variación hasta el 5,5% interanual, siendo el encarecimiento de los productos energéticos el principal elemento inflacionista.
Las empresas están asumiendo importantes costes de producción, que apenas se están trasladando a los precios finales, como muestra una inflación subyacente en tasas moderadas. Todo esto implica una reducción significativa de los márgenes empresariales en un momento delicado para muchas de ellas tras meses de crisis y restricciones a la actividad.
De cara a los próximos meses de 2022, se espera que el impacto de los precios de las materias primas sobre la inflación general se vaya reduciendo, lo que, unido a que la subyacente continuará en niveles moderados, serán factores atenuadores de la inflación.
Tanto el Banco Central Europeo como la Comisión Europea ven el aumento de las materias primas actual como algo transitorio y se debe evitar, en la medida de lo posible, su traslado a precios finales o salarios para no prolongar su efecto.
La inflación subyacente también crece
La inflación subyacente aumenta tres décimas, situando su tasa de variación en el 1,7% interanual, debido a los mayores incrementos registrados en todos sus componentes. Así, los precios de los Servicios aumentan su ritmo interanual en tres décimas hasta el 1,7%; los precios de los Bienes industriales sin productos energéticos incrementan en dos décimas su tasa de variación hasta el 1,1%; y los Alimentos con elaboración, bebidas y tabaco aceleran su tasa interanual cinco décimas hasta el 2,5%.
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Fuente: CEOE