El Consejo de Administración de Indra aprobó ayer la compra de la participación de Redeia, la antigua Red Eléctrica, en Hispasat, una operación largamente esperada. Indra adquirirá casi el 90% de las acciones por 725 millones de euros, lo que le permitirá crear el esperado campeón para la defensa que el Gobierno había planeado, con capacidades en tierra, aire, mar y espacio.
El precio fue el factor clave para desbloquear la operación entre dos empresas controladas de facto por el Ejecutivo. En 2019, Red Eléctrica pagó 933 millones por la empresa y esperaba venderla por una cifra similar para evitar registrar pérdidas en su balance. Finalmente, la pérdida será de 137 millones, pero no afectará a la caja de la compañía. A pesar de que los asesores de Indra estimaban un precio cercano a los 700 millones, la operación se cerró por ese monto. Bajo la presidencia de Ángel Escribano, tras la salida de Marc Murtra hacia Telefónica, la empresa avanza así en su objetivo de generar 1.000 millones de euros en su negocio espacial para 2030.
Entre otros activos, la compañía pasará a controlar Hisdesat, de la que ya tenía una participación. Precisamente esta semana, lanzó su último satélite, el más avanzado de la historia de la industria española en comunicaciones seguras.
La mayor parte de la operación se financiará mediante deuda, ya que Indra es una empresa con un balance sumamente saludable y prácticamente libre de pasivos. Esto le permitirá llevar a cabo la compra sin casi tocar su caja, dejándole además margen para realizar futuras operaciones.
En el proceso, la empresa deberá profundizar en la reorientación estratégica de Hispasat, que se ve obligada a competir en una industria en plena transformación debido a las constelaciones de nanosatélites, siendo el Starlink de Elon Musk el principal referente. En el caso de Redeia, la transacción se enmarca en su política de desinversiones, con miras a una etapa en la que necesitará invertir miles de millones de euros en la modernización de sus redes.
Redeia asegura que la venta no afectará su política de dividendos y mejorará su perfil de deuda, permitiéndole así acometer las inversiones necesarias para dar cabida en la red a las renovables, centros de datos y otras industrias. Como parte de su estrategia de desinversiones, la empresa presidida por Beatriz Corredor también dio entrada a KKR en su filial de fibra óptica, Reintel.
La venta de Hispasat refuerza la capacidad financiera de Redeia y mejora el perfil de riesgo de su calificación crediticia, lo que le permitirá desarrollar su próximo Plan Estratégico, cuyo principal objetivo será impulsar la transición energética en España, con la ejecución de un volumen de inversiones sin precedentes entre 2025 y 2030.