El Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa de España y Europa, presentado en abril, prevé una inversión de 10.471 millones de euros en 31 Programas Especiales de Modernización (PEMs). De ellos, 13 ya cuentan con financiación aprobada por el Ministerio de Industria y Turismo. Navantia será la responsable de cinco proyectos estratégicos, con préstamos directos que ascienden a 2.292 millones de euros, según publicó el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 16 de septiembre.
Entre los programas más destacados figura la construcción del Buque de Aprovisionamiento de Combate II (BAC II), que sustituirá al veterano “Patiño”. Con un presupuesto de 380 millones de euros, la nueva unidad se construirá en el astillero de Ferrol e incorporará sistemas de combate de última generación, ciberseguridad, autoprotección contra drones, integración de vehículos no tripulados y mejoras medioambientales como la capacidad de suministro de urea para reducir emisiones.
Otro de los proyectos clave es la modernización de las fragatas F-100 de la clase “Álvaro de Bazán”. Con una inversión de 1.280 millones, el objetivo es prolongar su vida útil hasta 2045, resolver obsolescencias y alinearlas con las futuras F-110. Las mejoras incluirán sistemas de detección radar más avanzados, nuevos equipos de guerra electrónica, autoprotección contra drones y capacidades incrementadas en operaciones antisubmarinas.
La inversión también contempla la modernización de los buques anfibios LPD “Galicia” y “Castilla”, con una dotación de 240 millones de euros. El programa, dividido en fases de ingeniería y construcción, permitirá prolongar su vida operativa y dotarlos de sistemas actualizados de seguridad, combate y gestión de drones.
Asimismo, la Armada incorporará un nuevo buque de guerra electrónica (BAM AGI) con 242 millones de euros de financiación, destinado a reemplazar a la actual unidad de inteligencia que supera los 40 años de servicio. Estará equipado con sistemas avanzados de interceptación de señales, ciberdefensa y control de drones.
Finalmente, se construirá un Buque Hidrográfico Oceánico (BHO), con una financiación de 150 millones, que sustituirá a los buques de la clase “Malaspina”. Este nuevo navío integrará tecnología hidrográfica de última generación, propulsión respetuosa con el medio ambiente y vehículos no tripulados para reforzar las capacidades del Instituto Hidrográfico de la Marina.
En total, los cinco programas tendrán una duración aproximada de cuatro años y medio y se desarrollarán principalmente en los astilleros de Ferrol y San Fernando. Además del refuerzo tecnológico y estratégico para la Armada, el impacto industrial será significativo: Navantia, que colabora con más de 900 empresas en todo el país, arrastrará a un amplio tejido de PYMES y centros de innovación, generando empleo especializado y consolidando al sector naval de defensa como motor tecnológico nacional.