Los índices PMI indican que la actividad global sigue creciendo. El BCE comienza a relajar su política monetaria, a pesar de aumentar sus previsiones de crecimiento e inflación y del alza en el precio de las materias primas.

En cuanto a la economía española, el Banco de España y el FMI han elevado sus previsiones de crecimiento a 2,3% y 2,4%, respectivamente. Los datos del segundo trimestre son positivos, con el sector servicios como principal motor y una industria que empieza a fortalecerse. La inflación ha subido en mayo debido al incremento en los precios energéticos y de servicios. La hostelería sigue impulsando el empleo, con un aumento en la afiliación a la Seguridad Social en mayo. Se espera un segundo trimestre favorable para la creación de empleo.

El coste laboral por trabajador creció un 3,9% en el primer trimestre, aunque España sigue teniendo altas cotizaciones sociales empresariales, un 9,5% del PIB en comparación con el 7,1% de la UE. Los datos presupuestarios hasta abril muestran que el Estado ha alcanzado un equilibrio fiscal. Aunque la cifra de negocios disminuye con diferencias entre sectores, la confianza empresarial mejora y la producción manufacturera, según el PMI, se recupera. Las condiciones de financiación empresarial siguen siendo elevadas. Sin embargo, España ha descendido cuatro puestos en el ranking de competitividad global de 2024, afectada por la falta de eficiencia del sector público.

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