Tras la crisis de 2020, de una dureza y magnitud sin procedentes en la etapa democrática, el escenario de la economía española en 2021 se está caracterizando por una recuperación menos intensa de lo esperado.
Los datos publicados por el INE hasta el tercer trimestre de 2021 han enfriado las expectativas sobre el repunte de la actividad, siendo poco factible que el PIB supere el 5% de crecimiento en 2021, muy lejos del 6,5% que estima el Gobierno. La propia Comisión Europea, en su último informe de otoño, ha rebajado las estimaciones de crecimiento de España hasta el 4,6% para este año.
El retraso en la aplicación de los fondos europeos, junto con el encarecimiento de las materias y los cuellos de botella, están minorando el ritmo de recuperación de la economía española en 2021, a pesar del alcance y rapidez del proceso de vacunación en nuestro país.
Este escenario de partida sesga a la baja el crecimiento previsto para 2022, que es la base de estos presupuestos. Así, una previsión del 7% de aumento de PIB para 2022 puede calificarse de optimista, no solo por su magnitud, sino por la incertidumbre en el proceso de reactivación económica, donde la inflación, el aumento de los precios de las materias primas, la falta de suministros y la inseguridad jurídica propios de los cambios regulatorios que se están anunciando, suponen un riesgo a la baja en este escenario. En este sentido, la Comisión Europea apunta a una tasa del 5,5% paa 2022, algo superior a las estimaciones del CEOE (5%).
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Fuente: CEO