El 85% de la industria de defensa española depende de PYMEs: una industria “auxiliar” que se caracteriza sobre todo por su capacidad dual tanto en el ámbito militar como civil

La industria de defensa española la componen actualmente 376 empresas. Y de todas ellas, un 85% son PYMEs, pequeñas y medianas empresas que dan empleo a cerca de 3.200 personas. Suponen una industria auxiliar, complementaria, que cubre las necesidades que tienen las Fuerzas Armadas más allá del armamento.

“Todo el mundo habla de armamento, fragatas, aviones, pero un soldado también necesita comer, vestirse con tejidos inteligentes, también alojamiento, protección, tecnología…”, explica Gerardo Sánchez Revenga, presidente de AESMIDE. “Una industria no “de” defensa, si no “para” la defensa”, matiza, centrada en la “calidad de vida” del soldado.

Material de protección y equipamento

A la producción de material de protección se dedican, por ejemplo, en FECSA. Una empresa que lleva casi un siglo en el sector textil, y que elaboraron el primer chaleco antibalístico femenino. “Fabricamos placas balísticas, chalecos antibalas, uniformes contra amenazas NBQ (nuclear, biológica y química)”, detalla Carlos de Cos, CEO de FECSA.

El proyecto más reciente y novedoso es el casco COBAT GTH, un modelo ultraligero, ergonómico y de alta protección, y “con unas prestaciones al más alto nivel“, explica de Cos, que le hacen capaz de competir con otros cascos similares “de países de alta tecnología”, como por ejemplo los israelíes.

Otro producto capaz de hacerse hueco en el mercado internacional es un saco de dormir que permite el paso de oxígeno y CO2, y que se suministra sobre todo a los países bálticos. Porque estas empresas no solo fabrican a nivel nacional. En el caso de FECSA, por ejemplo, exportan a 18 países.

Ahí reside también parte de su fuerza dentro del sector. “Estar fuera significa que estás en el nivel tecnológico en el que tienes que estar. Si eres capaz de competir fuera, tienes muchas más probabilidades de sobrevivir como PYME”, razona de Cos en relación a la expansión dentro del mercado europeo y mundial.

Sistemas aéreos no tripulados

La tecnología también es un fundamental dentro de esta industria para la defensa. En ETRAIR, por ejemplo, se dedican al diseño y fabricación de sistemas aéreos no tripulados y sus contramedidas, destinados sobre todo a “vigilancia, reconocimiento y captación de inteligencia”, tal y como explica su Director de Operaciones, Rafael García.

Esta empresa también tiene nombre y peso en el ámbito internacional. Recientemente ha resultado adjudicataria de un contrato dentro del marco de la OTAN, para suministrar un modelo específico de dron a los aliados. “Es un equipo desplegable que tiene diferentes cargas útiles para diferentes misiones”, detalla García.

Esta adjudicación la comparte junto a otra empresa de Estados Unidos. “Estamos hablando de unos estándares de calidad al más alto nivel”, relata García, poniendo de relieve su valor fuera de España. “Hay muchos entornos de operación diferente, también la manera de proceder”, en relación al enriquecimiento que aporta ser capaz de moverse en la esfera internacional.

Capacidades duales: el gran valor

Pero el potencial de esta industria para la defensa reside, sobre todo, en su capacidad dual: en poder ser útil tanto en el ámbito militar como civil. “Hay mucha tecnología que se está desplegando en el ámbito de defensa que luego tiene su aplicación en el ámbito industrial”, razona García. “Una protección en intemperie, por ejemplo, nos va a interesar a todos, seamos militares o no”, complementa de Cos.

Estas pequeñas empresas también esperan beneficiarse del aumento del gasto en defensa, que actualmente se encuentra en el 1,4% del PIB. “Si tienen la certeza de que van a participar en programas, incrementarán su infraestrucutra, su empleo, invertirán en innovación…”, razona Sánchez Revenga.

De los 10.471 millones de euros adicionales que hace falta invertir para llegar al 2% del PIB en defensa, el 17% irá destinado a la capacidad dual de la industria, según se detalla en el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa. Y un porcentaje significativo, el 31%, irá destinado a aumentar las capacidades en telecomunicaciones y ciberseguridad.

Puede ver el reportaje completo aquí.

FUENTE: ANTENA 3

Aesmide
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