La Comisión Europea ve en España un “esfuerzo suficiente” en la reducción del déficit en 2021, pero apunta a un aumento de la ratio de deuda durante los próximos años y recomienda “prudencia” en el gasto y más avances en materia de productividad, economía circular y sostenibilidad fiscal
Prevé que España se mantenga en la senda de la recuperación, a pesar de la crisis provocada por la guerra en Ucrania, gracias al impulso del sector turístico y a la implementación del Plan de Recuperación y Resiliencia “España Puede”
A la espera de su adopción por parte del Consejo de la UE, la Comisión Europea acaba de hacer púbicas sus recomendaciones a los Estados miembros como parte del primer Semestre Europeo de 2022.
A pesar de que destaca que el dinamismo del sector turístico, el favorable impulso de la implementación del plan “España Puede” y que, “al contrario que en crisis anteriores”, la resistencia del mercado laboral español ayudará a apuntalar la recuperación económica, identifica varios aspectos que la podrían poner en riesgo, como el alto precio de la energía – agudizado por el contexto de guerra en Ucrania-, la alta tasa de desempleo, la elevada inflación o las disparidades regionales.
En este sentido, el Ejecutivo comunitario apunta a la necesidad de que se realicen importantes inversiones para dar cumplimiento al Pacto Verde Europeo (que la UE ligó en 2019 a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU) e impulsar la transición verde. Unas intervenciones entre las que prioriza acciones, como aumentar la eficiencia energética de los edificios, en línea con la Nueva Bauhaus Europea; facilitar el autoconsumo energético; reducir las emisiones del transporte, que continúan en ascenso; y aplicar las medidas recogidas en su plan nacional para promover la economía circular, mejorar la gestión de residuos y enfrentar el reto de la gestión hídrica.
Asimismo, invita a España a reforzar su apoyo a la formación y reconversión de la mano de la mano de obra, para asegurar que la transición verde sea también una transición justa, y a abordar los factores estructurales que están obstaculizando el crecimiento de la productividad, como las barreras normativas y la escasa inversión en innovación.
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